En una urbe como la Ciudad de México, un ortopedista especializado como el Dr. Román, puede tratar una amplia variedad de malformaciones congénitas relacionadas con el sistema musculoesquelético. Estas condiciones suelen detectarse desde el nacimiento o durante los primeros años de vida, y pueden implicar alteraciones en huesos, articulaciones, músculos y tejidos asociados. Estas condiciones, de no ser atendidas, pueden afectar negativamente el funcionamiento y desarrollo de huesos, articulaciones, músculos y tejidos blandos. Acudir con el especialista a la brevedad, al detectar malas posturas, dolor, inflamaciones y otros síntomas, es un primer paso que puede conducir a tratamientos exitosos.
Entre las malformaciones congénitas más comunes atendidas por un ortopedista se encuentran:
Displasia del desarrollo de la cadera (DDC): Anomalía en la formación de la articulación de la cadera, lo que provoca que el fémur no encaje correctamente en el acetábulo.
Pie equino varo congénito (pie zambo): Deformidad en la que el pie está girado hacia adentro y hacia abajo.
Escoliosis congénita: Curvatura anormal de la columna vertebral causada por un desarrollo incompleto o anómalo de las vértebras.
Malformaciones de las extremidades. Incluye anomalías como: Ausencia total o parcial de extremidades, dedos adicionales (polidactilia), fusión de dedos (sindactilia), dedos demasiado cortos o faltantes (braquidactilia).
Tortícolis muscular congénita: Contracción o acortamiento del músculo esternocleidomastoideo, que causa inclinación y rotación anormal del cuello.
Artrogriposis múltiple congénita: Rigidez de múltiples articulaciones acompañada de debilidad muscular.
Enfermedad de Blount: Crecimiento anormal de la tibia que provoca una curvatura excesiva en las piernas (piernas arqueadas).
Displasia ósea: Anomalías en el desarrollo óseo que pueden provocar baja estatura, fragilidad ósea o deformidades.
Deformidades del pie: Incluyen pies planos congénitos, pies cavos (arco excesivamente alto) y coalición tarsal (fusión anómala de huesos del pie).
Anomalías de la columna vertebral: Incluyen hemivértebras (vértebras malformadas), cifosis congénita (curvatura exagerada hacia adelante) y lordosis congénita (curvatura excesiva hacia atrás).
Luxación congénita de la rodilla: Condición rara en la que la rótula está fuera de su posición normal al nacer.
Deformidades craneofaciales con implicaciones ortopédicas: Condiciones como craneosinostosis, donde las suturas craneales se cierran prematuramente, pueden requerir atención multidisciplinaria incluyendo ortopedia.
El ortopedista a cargo, en cada paciente y según la gravedad de las anomalías, puede desarrollar tratamientos basados en el uso de aparatos ortopédicos, férulas, corsés, plantillas, soportes, así como la planificación de programas integrales de fisioterapia, o bien, cirugías correctivas. También puede recurrir a las prótesis.
Como se ha mencionado, un ortopedista en la actualidad cuenta con la ciencia y tecnología de su parte para corregir, proporcionar mejor calidad de vida funcional, y dar respuesta a síntomas provocados por malformaciones congénitas en el aparato locomotor. En casos más delicados, las cirugías son la mayor aportación médica, pero la revolución en aparatología ortopédico ha sido muy importante en las últimas décadas, que materiales más adecuados, resistentes y cómodos, son su esencia. Casi ninguna malformación queda fuera del cuadro de tratamientos y soluciones ortopédicas, pasando por: displasias, pies zambos, escoliosis, artrogriposis múltiples, pies planos, cifosis, coaliciones tarsales, hipoplasias del radio, discrepancias en la longitud de extremidades y deformidades craneoencefálicas.
La detección oportuna de una malformación congénita y la visita a un ortopedista experto, es crucial para garantizar el bienestar del paciente, especialmente cuando se trata de anomalías musculoesqueléticas en hijos pequeños. Las malformaciones congénitas suelen ser más tratables cuando se identifican y manejan de manera temprana. Algunos tratamientos, como el uso de ortesis o férulas, son más efectivos en las primeras etapas de desarrollo de los pequeños. Elaborar una historia clínica completa de los afectados, permite a los especialistas tener una visión más completa y proponer un plan de tratamiento adecuado. Todos los estudios pedidos por pediatras y ortopedistas son de suma importancia para desarrollar tratamientos o intervenciones certeras. Los enfoques médicos integrales no pueden descartarse, ya que una malformación podría estar asociada con otras condiciones que requieran atención simultánea. Muchas malformaciones congénitas requieren seguimiento a lo largo de los años para asegurar que el desarrollo sea adecuado.
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